Convulsiones Febriles

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¿Qué son las convulsiones febriles?

Una convulsión febril es una convulsión causada por fiebre en lactantes y niños pequeños sanos. Cualquier fiebre puede causar una convulsión febril. Estas convulsiones pueden ocurrir cuando un niño tiene una enfermedad, como un resfriado, gripe, roséola, varicela, COVID-19, VRS (virus respiratorio sincicial) o una infección en el oído. La mayoría de las convulsiones febriles ocurren dentro de las 24 horas de que un niño se enferma. A veces, un niño puede tener una convulsión antes de desarrollar fiebre.

Tener una convulsión febril no significa que un niño tenga epilepsia. La epilepsia implica convulsiones repetidas causadas por señales eléctricas anómalas en el cerebro que no son causadas por un desencadenante, como fiebre. 

Síntomas de las convulsiones febriles

Los síntomas de las convulsiones febriles pueden incluir:

  • Pérdida del conocimiento o desmayo

  • Temblor, sacudida o rigidez incontrolables en los brazos o las piernas (pueden ser de todo el cuerpo o de solo una parte del cuerpo)

  • Poner los ojos en blanco

  • Pérdida del control corporal (como babeo, vómitos, orinar o defecar)

Las convulsiones febriles simples son el tipo más frecuente. Duran de unos segundos hasta 15 minutos, y ocurren solo una vez cada 24 horas. 

Las convulsiones febriles complejas duran más de 15 minutos, se producen más de una vez cada 24 horas o se producen solo en una parte del cuerpo de un niño. También puede producirse una combinación de estas. 

Una convulsión febril puede ser atemorizante para el niño y para los padres o cuidadores. Pero las convulsiones febriles simples no causan problemas de salud a largo plazo. Sin embargo, si el niño tiene una segunda convulsión, es más probable que dure más de 15 minutos. Una primera convulsión febril que dure más de 15 minutos no significa que el niño necesariamente tendrá más convulsiones. 

Las convulsiones aún más prolongadas son generalmente inofensivas, pero aumentan el riesgo de la persona de desarrollar epilepsia. Si bien es raro, algunos niños, incluidos aquellos con parálisis cerebral, retraso en el desarrollo u otros problemas neurológicos, que han tenido convulsiones febriles tienen un mayor riesgo de desarrollar epilepsia. 

¿Quién tiene más probabilidades de sufrir convulsiones febriles?

Los niños de entre 6 meses y 5 años de edad son los que tienen más probabilidades de presentar convulsiones febriles; entre estos, el mayor riesgo lo tienen los niños de entre 1 y 3 años de edad. Los niños que estuvieron en una unidad de cuidados intensivos neonatales en un hospital durante más de 28 días tienen un retraso en el desarrollo (les lleva más tiempo aprender ciertas habilidades), una infección o antecedentes familiares de convulsiones también tienen un mayor riesgo. 

Algunos niños que han tenido una convulsión febril tendrán otra. Determinados factores aumentan el riesgo de tener más convulsiones febriles, incluidas las siguientes:

  • Corta edad: los niños que tienen su primera convulsión febril cuando son menores de 18 meses tienen un mayor riesgo de tener otra convulsión. 

  • Antecedentes familiares: los niños cuyos familiares tuvieron convulsiones febriles tienen más probabilidades de tener más de una convulsión. 

  • Primer signo de enfermedad: los niños que tienen convulsiones febriles antes de mostrar otros síntomas de una enfermedad tienen un mayor riesgo de tener múltiples convulsiones.

  • Temperatura baja: es más probable que los niños tengan otra convulsión febril si también tuvieron una temperatura relativamente baja con la primera.

Asegurarse de que los niños reciban las vacunas recomendadas a la edad recomendada puede prevenir algunas convulsiones febriles. Estas vacunas protegen a los niños contra el sarampión, las paperas, la rubéola, la varicela, la gripe, las infecciones neumocócicas y otras afecciones que pueden causar fiebre y convulsiones febriles. En raras ocasiones, algunas vacunas infantiles pueden causar fiebre como efecto secundario. Si un niño tiene una convulsión febril después de la vacunación (lo cual es poco frecuente), la convulsión es causada por la fiebre, no por la vacuna. 

¿Cómo se diagnostican y tratan las convulsiones febriles?

Diagnóstico de convulsiones febriles

Para diagnosticar una convulsión febril, un proveedor de atención médica revisará los antecedentes médicos de un niño y realizará un examen físico.

La meningitis, una infección de las membranas que rodean el cerebro, puede causar fiebre y convulsiones que pueden parecer convulsiones febriles. Pero las convulsiones causadas por la meningitis son mucho más graves y no son convulsiones febriles. Si un proveedor de atención médica sospecha de meningitis, puede extraer y analizar una pequeña cantidad del líquido que rodea el cerebro y la médula espinal (denominado líquido cefalorraquídeo) mediante una punción lumbar.

Para diagnosticar qué causa una convulsión febril compleja, un proveedor de atención médica también puede solicitar un EEG (electroencefalograma), que mide la actividad eléctrica del cerebro o unas imágenes por resonancia magnética (magnetic resonance imaging, MRI) para crear imágenes del cerebro del niño. Estas pruebas pueden ayudar a identificar si algo más está causando las convulsiones. 

Obtenga más información sobre las pruebas y procedimientos de diagnóstico neurológico

La mayoría de las veces, los niños que tienen convulsiones febriles no necesitan estar en el hospital a menos que:

  • El niño tenga una infección grave

  • El niño sea menor de 6 meses

Tratamiento de las convulsiones febriles

La mayoría de las convulsiones febriles terminan en un par de minutos. Los padres y cuidadores deben mantener la calma y observar cuidadosamente al niño. Durante una convulsión febril, deben:

  • Anotar la hora de inicio de la convulsión. Si dura más de cinco minutos, llame a una ambulancia. Para el momento en que llega la ambulancia, es posible que las convulsiones del niño se hayan prolongado (durante más de 15 minutos). Debe llevar al niño de inmediato al centro médico más cercano.

  • Llamar a una ambulancia si la convulsión dura menos de cinco minutos, pero el niño no parece estar recuperándose rápidamente.

  • Tomar medidas para prevenir lesiones durante la convulsión. Esto puede incluir poner al niño en el suelo, ya que puede caerse de una cama o un sillón durante una crisis convulsiva. No sujete ni sostenga al niño durante la convulsión.

  • Coloque al niño sobre el costado o estómago para evitar que se ahogue. Cuando sea posible, retire suavemente cualquier objeto de la boca del niño. Nunca se debe colocar nada en la boca del niño durante una convulsión. Estos objetos pueden bloquear las vías respiratorias y dificultar la respiración.

  • Busque atención médica de inmediato si esta es la primera convulsión febril del niño. Una vez que haya terminado, lleve al niño al médico para verificar la causa de la fiebre. Esto es especialmente urgente si el niño muestra síntomas de meningitis, que incluyen rigidez del cuello, somnolencia extrema, problemas respiratorios o muchos vómitos. 

Los fármacos que disminuyen la fiebre, como el acetaminofeno o el ibuprofeno, pueden hacer que el niño se sienta más cómodo. Sin embargo, varios estudios han demostrado que tratar la fiebre no disminuye el riesgo de convulsiones febriles.

¿Cuáles son las últimas actualizaciones sobre las convulsiones febriles?

El Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (National Institute of Neurological Disorders and Stroke, NINDS), una parte de los Institutos Nacionales de Salud (National Institutes of Health, NIH), es el principal financiador federal de investigaciones en el país sobre el cerebro y el sistema nervioso, incluida la investigación sobre las convulsiones febriles.

Los resultados de un estudio financiado por el NINDS han sugerido que los niños con convulsiones febriles prolongadas tienen un mayor riesgo de desarrollar epilepsia y que las convulsiones febriles prolongadas pueden dañar el cerebro. Las MRI pueden ayudar a identificar a los niños con mayor riesgo de desarrollar epilepsia. 

Algunos niños con convulsiones febriles prolongadas que duran más de 30 minutos, denominadas estado epiléptico febril (EEf), están en riesgo de desarrollar epilepsia. A través de modelos en ratones, los investigadores están estudiando la función de la microglías (células inmunitarias en el cerebro) en la reducción de la gravedad del EEf. Los investigadores también están explorando enfoques dirigidos a las microglías en el desarrollo de tratamientos para esta afección. 

Se puede encontrar más información sobre la investigación de las convulsiones febriles en NIH RePORTER (en inglés), una base de datos de búsqueda de proyectos de investigación actuales y pasados respaldados por los NIH y otros organismos federales. La base de datos RePORTER también incluye enlaces a publicaciones y recursos de estos proyectos.

Para artículos de investigación y resúmenes sobre convulsiones febriles, busque en PubMed (en inglés), que contiene trabajos de investigación publicados de revistas médicas y otras fuentes. 

 

¿Debe participar en un estudio clínico? (en inglés)

Los ensayos clínicos son estudios que nos permiten obtener más información sobre los trastornos y mejorar la atención. Pueden ayudar a conectar a los pacientes con opciones de tratamiento nuevas y a futuro.

¿Cómo podemos un ser querido o yo ayudar a mejorar la atención de las personas con convulsiones febriles?

Los ensayos clínicos aumentan nuestra comprensión de las convulsiones febriles con el objetivo de mejorar la forma en que los médicos las tratan. Considere participar en un ensayo clínico para que los médicos y científicos puedan obtener más información sobre las convulsiones febriles y las afecciones relacionadas. La investigación clínica con participantes humanos en estudios ayuda a los investigadores a obtener más información sobre un trastorno y quizás encontrar mejores maneras de detectar, tratar o prevenir enfermedades de manera segura.

Todos los tipos de participantes son necesarios en los estudios, los que están sanos o pueden tener una enfermedad, de todas las diferentes edades, razas y orígenes étnicos, y de ambos sexos, para garantizar que los resultados del estudio se apliquen a tantas personas como sea posible, y que los tratamientos sean seguros y eficaces para todas las personas que los utilizarán.

Para obtener información sobre la participación en la investigación clínica, visite el sitio de Ensayos Clínicos del NINDS (en inglés) y NIH Clinical Research Trials and You (en inglés). Obtenga información sobre los ensayos clínicos que actualmente están buscando a personas con convulsiones febriles en Clinicaltrials.gov (en inglés), una base de datos de búsqueda de ensayos clínicos federales y privados actuales y previos.

¿Dónde puedo encontrar más información sobre las convulsiones febriles?

Puede encontrar información disponible de los siguientes recursos:

Obtener información sobre temas relacionados

 
Solicitar publicaciones del catálogo del NINDS (en inglés)

El catálogo de publicaciones del NINDS ofrece materiales impresos sobre trastornos neurológicos para pacientes, profesionales de la salud y el público en general. Todos los materiales son gratuitos y también encontrará disponible una versión en PDF para descargar la mayoría de las publicaciones.