¿Qué es el síndrome de dolor regional complejo?
Síndrome de dolor regional complejo es un término amplio que cubre los casos de dolor e inflamación duraderos que pueden ocurrir después de una lesión o un evento médico, como una cirugía, un traumatismo, un accidente cerebrovascular o un ataque cardíaco. Si bien el síndrome de dolor regional complejo (SDRC) puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, por lo general afecta el brazo, la pierna, la mano o el pie de la persona. En general, el SDRC es desencadenado por traumatismos o lesiones en la extremidad afectada u otra parte del cuerpo.
Existen varios subtipos de SDRC. El SDRC 1 ocurre después de una enfermedad o lesión, pero no está asociado con ningún daño nervioso específico, y el SDRC 2 que está asociado con daño a un nervio específico. La mayoría de los casos de SDRC son SDRC 1. Otros subtipos se denominan en función de la sensación primaria de temperatura que la persona siente en la piel. El SDRC caliente generalmente se siente antes en el síndrome, mientras que el SDRC frío generalmente se observa cuando el SDRC está en curso.
Las personas que viven con SDRC sienten un dolor mucho mayor de lo normal, incluso sin una lesión visible. Otros síntomas incluyen cambios en el color de la piel, la temperatura y/o hinchazón en el brazo o la pierna debajo del lugar de la lesión. Los síntomas del SDRC también pueden cambiar con el tiempo, incluido el tipo de dolor, el color de la piel y los cambios de temperatura.
El SDRC puede ser agudo (a corto plazo) o crónico (dura más de tres meses). Los primeros estudios sugirieron que la mayoría de los pacientes con SDRC se recuperan y muy pocos sienten dolor después de un año. Estudios más recientes han descubierto que, si bien los síntomas de dolor y la discapacidad mejoran con el tiempo, la mayoría de las personas sienten cierto grado de dolor después de un año. Los casos graves o duraderos de SDRC son muy incapacitantes y pueden impedir que la persona trabaje o realice sus actividades habituales. El hecho de que la persona tenga un caso leve o grave de SDRC depende no solo de la gravedad de la lesión original, sino también de la salud subyacente de la persona. Las personas más jóvenes, los niños y los adolescentes tienen más probabilidades de recuperarse, al igual que los adultos mayores sanos con una buena circulación y nutrición. El tabaquismo y la diabetes dificultan especialmente la recuperación, al igual que la quimioterapia previa. Dejar de fumar y controlar la diabetes pueden aumentar las probabilidades de que la persona se recupere del SDRC.
Síntomas del síndrome de dolor regional complejo
Los síntomas del SDRC son diferentes para cada persona. La mayoría de las personas no presentan todos los síntomas enumerados a continuación. El dolor relacionado con el SDRC puede ser constante, aparecer y desaparecer, o empeorar cuando se toca la extremidad. A medida que una persona se recupera del SDRC, sus síntomas comienzan a desaparecer.
- Dolor repentino o no provocado que puede ser constante o cambiar con la actividad: la persona puede tener una sensación de “ardor” o de “hormigueo”, o como si le estuvieran apretando la extremidad afectada. Con el tiempo, el dolor se puede diseminar desde el primer lugar hasta la mayor parte o la totalidad del brazo o la pierna. En casos poco frecuentes, se siente dolor y otros síntomas en un lugar correspondiente de la extremidad opuesta. Este “dolor en espejo” puede indicar que las neuronas de la médula espinal de una persona están implicadas. El dolor en espejo es menos intenso que el dolor primario y se resuelve a medida que los nervios lesionados se recuperan.
- Dolor excesivo o duradero después del uso o contacto: la persona con SDRC puede notar más sensibilidad en el área afectada además del dolor inicial, conocido como alodinia. La alodinia hace que se sienta mucho dolor en la piel de la extremidad afectada al tacto ligero o con contacto físico normal, y usar la extremidad es muy doloroso. La persona también puede notar dolor intenso o a largo plazo después de un estímulo levemente doloroso, como un pinchazo. Esto se conoce como hiperalgesia.
- Cambios en la temperatura y el color de la piel o hinchazón en la extremidad afectada: el brazo o la pierna lesionados pueden sentirse más calientes o fríos que la extremidad opuesta. La piel de la extremidad afectada puede cambiar de color, mancharse, ponerse azul, púrpura, gris, pálida o roja. Esto indica cambios en el flujo sanguíneo hacia el área.
- Cambios en la textura de la piel: con el tiempo, si la extremidad afectada de la persona no recibe suficiente oxígeno y nutrientes, la piel de la extremidad afectada puede cambiar de textura. En algunos casos, se vuelve brillante y delgada, y en otros, gruesa y escamosa. Evitar el lavado u otros contactos en la piel dolorida también puede contribuir a estos cambios en la piel.
- Sudoración y crecimiento de uñas y cabello: en la extremidad afectada, el cabello y las uñas de la persona pueden crecer muy rápidamente o no crecer en absoluto, y es posible que noten manchas de sudoración profusa o ausencia de sudoración. Todas estas funciones son controladas por los nervios de la persona y se ven afectadas por el flujo sanguíneo al área.
- Rigidez en las articulaciones afectadas: la persona puede intentar no mover la extremidad afectada tanto como sea necesario para evitar el dolor. Como resultado, sus tendones y ligamentos pierden flexibilidad, se vuelven rígidos y más difíciles de mover, y luego pierden la función. En ocasiones, los ligamentos o tendones contraídos también pueden rozar o pellizcar los nervios, lo que empeora los síntomas de SDRC.
- Adelgazamiento de un hueso o crecimiento óseo excesivo: el SDRC a menudo se asocia con el adelgazamiento y la remodelación ósea que también pueden afectar la médula ósea. En casos raros, los huesos de las extremidades afectadas por el SDRC pueden volverse ásperas o agrandarse, como después de una fractura mal curada o un quiste óseo (saco de líquido). Esto puede irritar el tejido circundante y los nervios cercanos e iniciar o prolongar el SDRC. Estas anomalías óseas a menudo son visibles en las radiografías u otras imágenes, y pueden ayudar a los médicos a identificar la ubicación del daño nervioso e identificar los mejores tratamientos posibles.
- Deterioro de la fuerza muscular y trastornos del movimiento: muchas personas con SDRC no pueden mover la parte del cuerpo afectada tanto como podían antes de que comenzara el dolor, aunque no parezca haber ningún daño en los nervios que controlan el movimiento. Esto puede hacer que la persona con SDRC evite mover la parte del cuerpo afectada, lo que provoca debilidad. En raras ocasiones, las personas informan movimientos anormales en las extremidades afectadas. Esto podría incluir una postura anormal fija (denominada distonía) o temblores o sacudidas. Esto puede indicar que el daño nervioso puede haberse diseminado desde la extremidad original a la médula espinal y al cerebro. La mayoría de los problemas de movimiento y fuerza muscular se resuelven solos cuando la persona se recupera del SDRC, pero algunas personas requieren cirugía ortopédica para alargar los tendones y restaurar la flexibilidad y la posición normales.
¿Quién tiene más probabilidades de desarrollar síndrome de dolor regional complejo?
El SDRC es más frecuente en mujeres que en hombres, pero puede ocurrir en cualquier persona a cualquier edad, y la mayoría de los casos ocurren alrededor de los 40 años. Es menos frecuente en personas mayores y en niños pequeños.
La causa del SDRC puede ser obvia, como un hueso roto o una lesión, aunque también puede no ser tan obvia en otros casos. No está claro por qué algunas personas desarrollan SDRC, mientras que otras que sufrieron traumatismos similares no lo hacen. Existen varias teorías sobre cómo un traumatismo o una lesión pueden provocar un síndrome de dolor crónico, que incluyen inflamación, daño nervioso y problemas con el modo en que los nervios envían señales al cerebro.
Las acciones o actividades más frecuentes que llevan a desarrollar SDRC son:
- Fracturas: esta es la causa más frecuente, en especial las fracturas de muñeca. Los nervios pueden lesionarse debido a un hueso desplazado o astillado, o bien por la presión en un yeso ajustado. Los yesos muy ajustados o dolorosos deben cortarse de inmediato y reemplazarse para prevenir esta complicación.
- Cirugía: existen muchos elementos de una cirugía que pueden dañar los nervios, incluida la incisión (corte), las herramientas que se utilizan para mantener abierta una herida o incisión durante la cirugía, los puntos y la cicatrización después de la cirugía. A veces, el médico puede identificar y reparar el daño nervioso, pero el SDRC puede desarrollarse incluso después de una cirugía exitosa.
- Esguinces/torceduras: los desgarros en los tejidos conectivos, como un esguince de tobillo, pueden provocar SDRC incluso si la lesión no parece ser grave.
- Quemaduras o cortes: las quemaduras y los cortes también pueden dañar los nervios subyacentes. Los cortes o pinchazos de aguja pueden (con poca frecuencia) perforar un nervio sensorial superficial y conducir a un SDRC.
- Llevar un yeso: los yesos, como los que se usan cuando una persona se fractura un hueso, impiden que la persona use sus extremidades durante mucho tiempo. También impiden que la extremidad registre información sensorial, como el tacto y la temperatura. Después de retirar el yeso, las neuronas de la persona necesitan tiempo para adaptarse a la señalización normal.
- Lesión nerviosa: en el SDRC 2, un traumatismo nervioso específico puede provocar síndrome de dolor asociado a los nervios. Algunas lesiones nerviosas, pero no todas, pueden requerir reparación quirúrgica.
Factores de riesgo del SDRC
Un factor de riesgo es una afección o comportamiento que ocurre con mayor frecuencia en personas que tienen una enfermedad, o que tienen un mayor riesgo de contraer una enfermedad, que en aquellas que no tienen este factor de riesgo. Tener un factor de riesgo no significa que la persona desarrollará un trastorno, y no tener un factor de riesgo no significa que no lo desarrollará.
Algunas personas pueden tener un mayor riesgo que otras de desarrollar SDRC después de una lesión, incluidas las mujeres o las personas que han tenido un traumatismo grave, una lesión en las extremidades inferiores, especialmente en el pie, o una lesión laboral en un trabajo altamente físico. Además, las personas que tienen una lesión con un dolor mucho mayor que lo normal o que experimentan cambios sensoriales como alodinia tienen más probabilidades de desarrollar SDRC. Las personas que fuman o tienen mala circulación, diabetes, trastornos autoinmunitarios o daño nervioso anterior pueden tener un mayor riesgo de SDRC.
Los genes también pueden cumplir un papel en la probabilidad de una persona de desarrollar SDRC. Las familias y los hermanos de personas con SDRC pueden tener más probabilidades de desarrollar SDRC a una edad temprana. Se han identificado algunos genes en familias y poblaciones afectadas por el SDRC, pero este es un campo en evolución.
¿Cómo se diagnostica y trata el síndrome de dolor regional complejo?
Diagnóstico de SDRC
No existe una prueba única pueda confirmar el SDRC. A menudo, una lesión o cirugía reciente puede ser un indicio. El diagnóstico debe considerarse temprano si la persona presenta dolor de inicio reciente en una extremidad, incluso si no hubo un traumatismo conocido, para que se pueda iniciar el tratamiento adecuado. Es importante que la persona con SDRC reciente sea evaluada lo antes posible.
- Es necesario un examen detallado realizado por un médico, como un neurólogo, ortopedista o cirujano plástico familiarizado con síndromes neurológicos y de dolor.
- Los criterios de Budapest para el SDRC son una herramienta útil en el diagnóstico del SDRC. Este se basa en síntomas y signos de sensación de dolor anormal, como alodinia o hiperalgesia, cambios en la temperatura o el color de la piel, cambios en la sudoración o hinchazón de las extremidades y disminución de la movilidad o movimiento anormal de las extremidades.
- Los estudios de conducción nerviosa pueden detectar la mayoría de las lesiones nerviosas asociadas con el SDRC 2, pero que serían normales en el SDRC 1.
- Las ecografías o las imágenes por resonancia magnética (magnetic resonance imaging, MRI) pueden revelar un daño subyacente en los nervios y los tejidos. Las anomalías óseas y de la médula ósea observadas en las MRI pueden ayudar a localizar la extremidad afectada por el SDRC. La ecografía puede revelar un daño localizado en los tejidos.
- Las gammagrafías óseas en tres fases (con un agente de contraste radiológico) a veces muestran áreas con cambios en los huesos que se ven afectados por el SDRC. La prueba puede ser útil en algunos casos para confirmar la presencia de SDRC en una extremidad.
Tratamiento del SDRC
Varios enfoques de tratamiento sirven para reducir el inicio y la gravedad del SDRC, como volver a aplicar un yeso para una fractura ósea si se desarrolla dolor, controlar de manera agresiva el dolor tan pronto como se desarrolle y abordar los efectos psicológicos del SDRC. Las personas con antecedentes previos de SDRC deben tomar medidas para prevenir la recurrencia o el empeoramiento del SDRC, como optar por procedimientos mínimamente invasivos durante las cirugías prolongadas, si es posible.
El tratamiento es más eficaz cuando se inicia de forma temprana e incluye:
- Rehabilitación y fisioterapia: este es el tratamiento más importante para el SDRC. Mantener el miembro o la parte del cuerpo con dolor en movimiento mejora el flujo sanguíneo y disminuye los síntomas del SDRC. También puede ayudar a mantener la flexibilidad, la fuerza y la función en la extremidad afectada. El ejercicio en la extremidad afectada ayuda a prevenir o revertir cualquier cambio en la médula espinal y el cerebro asociado con el dolor crónico y por no usar la parte del cuerpo. La terapia ocupacional puede ayudar a la persona a aprender nuevas formas de mantenerse activa y volver al trabajo y a las tareas diarias.
- Cambios de conducta: la persona con SDRC debe mantener los brazos y las piernas afectados elevados al descansar o dormir para ayudar a que el exceso de líquido regrese al corazón. Las medias o mangas de compresión pueden limitar la hinchazón, especialmente al ponerse de pie.
- Psicoterapia: las personas con SDRC grave a menudo desarrollan problemas psicológicos secundarios que incluyen depresión, ansiedad y, a veces, trastorno por estrés postraumático (TEPT). Estas afecciones pueden hacer que el dolor se sienta peor, reducir la actividad y la función del cerebro, y dificultar la búsqueda de atención médica así como el deseo de participar en la rehabilitación recuperación. El tratamiento psicológico puede ayudar a la persona a sentirse mejor y tomar medidas para ayudarla a recuperarse del SDRC.
- Imaginería motora graduada: esta técnica terapéutica implica ejercicios mentales, que incluyen imaginar mover partes del cuerpo con dolor sin moverlas realmente y observar cómo se mueven las mismas partes del cuerpo no afectadas mientras se mira en un espejo. Este tratamiento “vuelve a entrenar el cerebro” utilizando la visualización para guiar a las personas en situaciones que podrían hacer que sientan dolor.
- Medicamentos: se ha demostrado que varias clases de medicamentos son eficaces para el SDRC, en particular cuando se administran en las primeras etapas de la enfermedad. Sin embargo, ninguna está aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration, FDA) de los EE. UU. para ser comercializada específicamente para el SDRC, y no se garantiza que ningún fármaco o combinación de fármacos sea eficaz para todas las personas. El médico puede recomendar:
- Acetaminofeno para reducir el dolor asociado con la inflamación de los huesos y las articulaciones.
- Fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para tratar casos moderados de dolor e inflamación, incluidos medicamentos de venta libre como aspirina, ibuprofeno y naproxeno.
- Fármacos con eficacia comprobada para otras afecciones de dolor relacionadas con los nervios, como nortriptilina, gabapentina, pregabalina y duloxetina.
- Ungüentos, aerosoles o cremas para el dolor, como los que contienen lidocaína, y parches como los que contienen fentanilo. Estos pueden reducir la alodinia (sensibilidad extrema al tacto).
- Bifosfonatos, como alendronato en dosis altas o pamidronato intravenoso, que reducen los cambios en los huesos.
- Corticosteroides para tratar la inflamación/hinchazón y el edema, como prednisolona y metilprednisolona.
- Las inyecciones de toxina botulínica pueden ayudar en casos graves, particularmente para relajar los músculos contraídos y restaurar la posición normal de las manos o los pies.
- Pueden recetarse opioides como oxicodona, morfina, hidrocodona y fentanilo para personas que sufren de un dolor más intenso. No obstante, los opioides pueden hacer que algunas personas sean más sensibles al dolor y corran riesgo de desarrollar dependencia.
- Estimulación de la médula espinal: se introducen electrodos estimulantes a través de una aguja en la columna vertebral fuera de la médula espinal. Estos crean sensaciones de hormigueo en el área dolorida que ayudan a bloquear el dolor y restaurar la función normal de la señalización en la médula espinal y el cerebro. Los electrodos pueden colocarse temporalmente durante algunos días para evaluar si es probable que la estimulación sea útil. Se requiere una cirugía menor para implantar el estimulador, la batería y los electrodos debajo de la piel en el torso o el tronco de la persona. Una vez implantados, la persona puede encender y apagar los estimuladores y ajustarlos utilizando un controlador externo.
- Otros tipos de estimulación neuronal: la estimulación eléctrica también puede realizarse cerca de los nervios lesionados, debajo del cráneo y dentro de los centros de dolor del cerebro (llamada estimulación cerebral profunda). Los tratamientos recientes disponibles comercialmente incluyen la estimulación nerviosa de un nervio primario de la rodilla mediante la colocación de un dispositivo en la piel. También se han realizado estudios para tratar el SDRC con estimulación magnética transcraneal repetitiva (EMTr), una forma no invasiva de estimulación cerebral que utiliza un campo magnético para cambiar la señalización eléctrica en el cerebro.
- Bombas de medicamento en el líquido cefalorraquídeo: estos dispositivos implantados suministran medicamentos analgésicos directamente en el líquido que baña las raíces nerviosas y la médula espinal. Estos dispositivos permiten el uso de dosis muy bajas de analgésicos que no se diseminan más allá del canal espinal y no afectan otros sistemas corporales, lo que disminuye los efectos secundarios y aumenta la efectividad del fármaco.
- Terapia de uso limitado para el dolor más intenso o no resuelto que no ha respondido al tratamiento convencional, como la ketamina: algunos investigadores informan acerca del beneficio de utilizar dosis bajas de ketamina, un anestésico potente que se administra por vía intravenosa durante varios días. En determinados entornos clínicos, se ha demostrado que la ketamina es útil para tratar el dolor que no responde bien a otros tratamientos. No obstante, puede causar delirios y otros síntomas de psicosis con un impacto duradero.
Algunas personas usan terapias alternativas y holísticas para ayudar con sus síntomas de SDRC, incluidos la acupuntura y el tratamiento quiropráctico. Estos no afectan el daño nervioso que es la causa principal del SDRC, pero algunas personas los consideran útiles para controlar los síntomas.
Se ha descubierto que los tratamientos previos utilizados para el SDRC, incluidos el bloqueo del nervio simpático, la simpatectomía quirúrgica, el corte de nervios o raíces nerviosas lesionados y la amputación de miembros inferiores con dolor, son ineficaces o innecesariamente debilitantes.
¿Cuáles son las últimas actualizaciones sobre el síndrome de dolor regional complejo?
El Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (National Institute of Neurological Disorders and Stroke, NINDS), una parte de los Institutos Nacionales de Salud (National Institutes of Health, NIH), es el financiador federal líder del país en la investigación sobre trastornos neurológicos. El NINDS realiza investigaciones sobre trastornos, incluido el SDRC, y financia investigaciones en instituciones y universidades importantes.
El NINDS financia un amplio rango de investigaciones sobre el dolor, incluida la exploración de las vías neuronales del dolor y los mecanismos de la percepción del dolor, el dolor neuropático, el dolor inflamatorio y la transición del dolor agudo al crónico. El NINDS también respalda el desarrollo de nuevas terapias para el dolor y financia la investigación sobre nuevos posibles objetivos para los tratamientos del dolor, así como ensayos clínicos que evalúan nuevos tratamientos para el dolor.
La iniciativa Ayudar a Acabar con la Adicción a Largo Plazo (Helping to End Addiction Long-term®) (en inglés),o HEAL Initiative® (en inglés) de los NIH, es un esfuerzo importante de los NIH para mejorar las estrategias de prevención y tratamiento para el trastorno por uso de opioides y mejorar el manejo del dolor. Si bien se están utilizando muchas estrategias para revertir la epidemia de sobredosis de opioides, existe una necesidad urgente de desarrollar tratamientos más eficaces para el dolor y, a la vez, reducir el potencial de uso indebido. La Iniciativa HEAL se centra en comprender los fundamentos biológicos del dolor crónico y acelerar el descubrimiento y el desarrollo de nuevos tratamientos para el dolor no adictivos y eficaces en la cartera de productos clínicos.
La Investigación Cerebral mediante Neurotecnologías Innovadoras de Vanguardia (Brain Research through Advancing Innovative Technologies Initiative®, BRAIN) (en inglés) es un esfuerzo nacional para acelerar el desarrollo y la aplicación de nuevas tecnologías para brindar acceso sin precedentes al funcionamiento interno del sistema nervioso. Los científicos que trabajan con la Iniciativa BRAIN están estudiando formas de modular circuitos neuronales para reducir el dolor.
Los científicos apoyados por el NINDS están estudiando nuevos enfoques para comprender y tratar el SDRC, e intervenir para limitar los síntomas y la discapacidad asociados con el síndrome. Los esfuerzos de investigación incluyen:
- Comprender cómo se desarrolla el SDRC mediante el estudio de la activación del sistema inmunitario y la señalización nerviosa periférica utilizando sistemas de modelos de enfermedad.
- Enfoques genéticos y de otro tipo para investigar la contribución que hacen las células inflamatorias periféricas y las células del sistema nervioso central no neuronales a la fase aguda del SDRC y su transición a la fase crónica del trastorno.
- Examinar biopsias de suero y piel para comprender mejor los cambios en la inmunidad que se observan en el SDRC postraumático. Dichos estudios pueden brindar apoyo para futuros ensayos clínicos de SDRC que utilizan inmunoglobulina intravenosa (IGIV), anticuerpos de células B de rituximab y otros tratamientos aprobados por la FDA para enfermedades autoinmunitarias.
- Estudiar la neuroplasticidad (la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse en función de la experiencia) en niños y adolescentes con SDRC, quienes generalmente tienen un mejor resultado que los adultos, para obtener información sobre los mecanismos que pueden prevenir el dolor crónico y desarrollar terapias más eficaces para la enfermedad.
- Evaluar experimentalmente el uso de ketamina (que se ha utilizado en adultos como terapia adyuvante para tratar el dolor crónico en la edad adulta) y dexmedetomidina (que tiene propiedades sedantes y de alivio del dolor) para tratar el dolor en niños.
- Investigar la efectividad de la estimulación magnética transcraneal (una terapia de estimulación cerebral no invasiva) para reducir el dolor relacionado con el SDRC y los síntomas cognitivos, físicos y emocionales asociados.
- Investigar el uso en el hogar de pequeños estimuladores transcraneales eléctricos directos. Estos métodos de estimulación tienen la ventaja de ser no invasivos. Actualmente, se requieren sesiones de tratamiento repetidas para mantener el beneficio, por lo que este tratamiento lleva tiempo.
- Examinar el papel que cumple el sistema nervioso simpático (SNS) en la regulación del dolor y la inflamación en modelos animales, específicamente mediante la regulación de la muerte celular, la regeneración nerviosa y las interacciones con los ganglios linfáticos.
- Analizar los datos relacionados con el dolor de los cerebros de personas con trastornos de dolor crónico causados por accidente cerebrovascular o amputación (dolor en miembro fantasma) para identificar un área del cerebro asociada con el dolor crónico y encontrar biomarcadores objetivos (señales biológicas utilizadas para medir la presencia o progreso de la enfermedad) del dolor crónico. Esto puede ayudarnos a comprender cómo el dolor está representado por la actividad cerebral y cómo ajustar esa actividad para aliviar el dolor crónico.
- Evaluar el manejo del dolor en niños con SDRC. El objetivo en pacientes pediátricos con SDRC es reintegrarlos a la escuela y al juego, por lo que deben desarrollarse intervenciones para abordar esta necesidad.
- Examinar el papel que cumplen las bacterias intestinales en la forma en que se desarrolla el SDRC y el posible uso de una biota intestinal alterada para aliviar el dolor causado por el SDRC.
Los proyectos de investigación sobre el SDRC pueden encontrarse utilizando NIH RePORTER (en inglés), una base de datos de búsqueda de proyectos de investigación actuales y pasados respaldados por los NIH y otras agencias federales. La base de datos RePORTER también incluye enlaces a publicaciones de estos proyectos y otros recursos.
Para encontrar artículos de investigación y resúmenes sobre el SDRC, busque en PubMed (en inglés), que contiene citas de revistas médicas y otros sitios.
¿Cómo podemos un ser querido o yo ayudar a mejorar la atención de las personas con síndrome de dolor regional complejo?
Considere participar en un ensayo clínico para que los médicos y científicos puedan obtener más información sobre el síndrome de dolor regional complejo. La investigación clínica utiliza participantes en estudios para ayudar a los investigadores a obtener más información sobre un trastorno y quizás encontrar mejores maneras de detectar, tratar o prevenir enfermedades de manera segura.
Todos los tipos de participantes son necesarios, los que están sanos o pueden tener una enfermedad, de todas las diferentes edades, sexos, razas y orígenes étnicos para garantizar que los resultados del estudio se apliquen a tantas personas como sea posible, y que los tratamientos sean seguros y eficaces para todas las personas que los utilizarán.
Para obtener información sobre la participación en la investigación clínica, visite NIH Clinical Research Trials and You (en inglés). Puede obtener información sobre los ensayos clínicos que actualmente buscan personas con SDRC en Clinicaltrials.gov (en inglés).
¿Dónde puedo encontrar más información sobre el síndrome de dolor regional complejo?
Los siguientes recursos pueden proporcionar información sobre el síndrome de dolor regional complejo:
International Research Foundation for RSD/CRPS (en inglés)
Teléfono: 813-995-5511
NeuropathyCommons.org (en inglés)
Asociación del Síndrome de Distrofia Simpática Refleja (Reflex Sympathetic Dystrophy Syndrome Association, RSDSA) (en inglés)
Teléfono: 203-877-3790 o 877-662-7737
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